martes, 22 de noviembre de 2011


Endodoncia: Nociones Básicas


Anatomía de los Conductos Radiculares

El Conducto radicular es la parte de la cavidad pulpar correspondiente a la porción radicular de los dientes; en los que presentan más de una raíz se inicia en el piso y termina en el foramen apical. Tiene forma cónica, con la base mayor dirigida hacia el piso y el vértice hacia la porción apical, forma similar a la de la raíz. 

El foramen, es el orificio apical de tamaño considerable, que puede considerarse como la terminación del conducto principal. También ha sido definido como la circunferencia o borde redondeado - como el de un embudo o cráter - que separa la terminación del conducto cementario de la superficie exterior de la raíz. Se confunde con frecuencia el foramen con el ápice, con el vértice radicular o con la parte cementaria del conducto, que son cosas diferentes. 

En cuánto a la formación del foramen apical; al proliferar la vaina radicular epitelial hacia abajo y fuera de la corona, se encierra más la papila dental hasta que sólo queda una abertura basal (apical). Esta abertura es la entrada y salida principal de vasos y nervios que nutren la pulpa. Durante la formación radicular, el foramen apical casi siempre se localiza al final de la raíz anatómica; no obstante, al terminar el desarrollo dental el foramen apical se hace más pequeño y más excéntrico. Esta excentricidad es más pronunciada mientras se forma cemento apical y cambia una vez más al continuar la deposición de cemento o, de manera pasiva o asociada, con un desgaste coronario o una inclinación dental. 

Puede haber uno o varios forámenes en el ápice; los múltiples se presentan con frecuencia en los dientes multirradiculares. Cuando está presente más de uno, el mayor se conoce como foramen apical y los pequeños como conductos accesorios (o en combinación, como delta). El tamaño del foramen apical en un diente maduro va desde 0,3 y 0,6 mm, los diámetros mayores se encuentran en los conductos distales de los molares inferiores y en la raíz palatina de los superiores. Sin embargo, el tamaño del foramen es imprevisible y no se puede determinar de manera exacta a nivel clínico. 

Las foraminas, son los diferentes orificios que se encuentran alrededor del foramen y que permiten la desembocadura de los diversos conductillos que forman el delta apical.
Desde 1912 Fischer destruye la creencia de que el conducto termina en el ápice por un solo foramen, poniendo en evidencia las ramificaciones apicales y estimando que se presentan en el 90% de los casos. 
El número de forámenes es variable; Gutiérrez encontró desde uno hasta 16 foraminas en algún espécimen, dándole un aspecto de criba. 
Dicho foramen apical separa la parte final de la raíz del tejido periodontal. Según Kuttler su situación es distal en la mayoría de los casos aunque puede salir lateralmente hacia cualquier punto de la periferia del ápice radicular. De igual manera, para Kuttler , el cono cementario, muy pocas veces sigue el eje axial del conducto radicular, por el contrario, comúnmente se desvía lateralmente en la mayoría de los casos, llegando, a veces, a salir a 3 mm del vértice apical y, con mayor frecuencia, hacia distal. Diversos autores han investigado la anatomía del ápice radicular, aportando datos importantes para el clínico. Con respecto a la desviación lateral, para Gutiérrez los forámenes no están en el vértice apical; algunos autores aseguran que los conductos terminan en el vértice del ápice anatómico; otros, sostienen que no. Las desviaciones varían, según los estudios, del 76% al 78% e incluso hasta el 90% de los casos. Lo cierto es que la mayoría de los forámenes salen hacia distal, aunque pueden hacerlo por cualquiera de los 360° de la circunferencia apical. Gutiérrez, ha descrito salidas hacia las superficies mesiales y distales de las raíces de los molares inferiores. 

Esto representa un problema para los endodoncistas, ya que este fenómeno se detecta en las radiografías sólo cuando el foramen termina en la cara mesial o distal de la raíz. Cuando termina por vestibular o lingual no es posible reconocerlo radiográficamente; entonces la sobreinstrumentación del conducto debe ser frecuente e involuntaria, a menos que el operador cuidadosamente examina la punta de su instrumento para percatarse de la presencia de sangre. 
La anatomía del ápice Radicular fue bien estudiada por Kuttler en 1955 y posteriormente por otros. El conducto radicular recorre la raíz disminuyendo paulatinamente su diámetro hasta terminar en el ápice radicular, en la denominada constricción apical (9), formando un cono largo y estrecho, llamado cono dentinario o porción dentinaria; contiene la pulpa con sus células más nobles y diferenciadas, los odontoblastos, que construyen la pared de dentina que la rodea. Se continúa con otro cono más corto y ancho, el cono cementario o porción cementaria, con tejido conjuntivo periodontal y células que forman el cemento. Según Kuttler la porción cementaria tiene forma troncocónica, con dos bases: la menor es la unión cementodentinaria (UCD); su diámetro es de 224 micras en los jóvenes, y ya disminuyendo con la edad hasta las 210 micras. La mayor, es la ya citada anteriormente como foramen apical. 

Donde termina el tejido pulpar, al no haber odontoblastos, deja de formarse dentina; a partir de este punto son los cementoblastos del tejido periodontal los encargados de formar cemento. Así pues la pulpa termina y comienza el periodonto en la UCD, que es una línea circular que separa los dos tejidos pulpar y periodontal. Este límite anatómico y biológico se debe respetar sin sobrepasarlo, ya que está íntimamente implicado en el pronóstico de la terapia endodóntica. 

El uso de una distancia predeterminada difícilmente reflejará la verdadera anatomía individual.
Desde hace más de 100 años, varios investigadores se han dedicado al estudio anatómico de las cámaras pulpares y los conductos radiculares, empleando cortes seriados, desgaste, metales fundidos, caucho blando para vulcanizarlo después de penetrar en los conductos, mercaptán, siliconas y plásticos de poliestireno. Finalmente
el método de Okumura-Aprile, basado en la impregnación con tinta china, translucidse y diafanización de los dientes, ha logrado facilitar el estudio de las características anatómicas y el exacto conocimiento de los accidentes de número, dirección, disposición y forma de los deltas apicales. Entre los investigadores dedicados a estos estudios, destacan Preiswerk, Fisher, Black, Moral, Hess, Okumura, Green, Carns, Skidmore, Vertucci, Bjödal, entre otros muchos y entre los hispano- americanos Pucci y Reig, Aprile y cols, Kuttler, Pineda, Pagano, Ontiveros, Díaz, De Deus y Mora y cols. (11)
En un estudio realizado sobre 1.140 dientes humanos se pudo evidenciar que en el 27,4% se observaron ramificaciones; usualmente localizadas en apical, y fueron los premolares y molares los que presentaron mayor variedad de ramificaciones. (30)


Terminología de los Conductos Radiculares

Conducto principal :
Es el conducto más importante que pasa por eje dentario y generalmente alcanza el ápice.
Conducto bifurcado o colateral :
Es un conducto que recorre toda la raíz o parte, más o menos paralelo al conducto principal, y pue-de alcanzar el ápice.
Conducto lateral o adventicio :
Es el que comunica el conducto principal o bifurcado (colateral) con el periodonto a nivel de los tercios medio y cervical de la raíz. El recorrido puede ser perpendicular u oblícuo.
Conducto secundario :
Es el conducto que, similar al lateral, comunica directamente el conducto principal o colateral con el periodonto, pero en el tercio apical.
Conducto accesorio :
Es el que comunica un conducto secundario con el periodonto, por lo general en pleno foramen apical.
Interconducto :
Es un pequeño conducto que comunica entre sí dos o más conductos principales o de otro tipo, sin alcanzar el cemento y periodonto.
Conducto recurrente :
Es el que partiendo del conducto principal, recorre un trayecto variable desembocando de nuevo en el conducto principal, pero antes de llegar al ápice.
Conductos reticulares :
Es el conjunto de varios conductillos entrelazados en forma reticular, como múltiples interconductos en forma de ramificaciones que pueden recorrer la raíz hasta alcanzar el ápice.
Conducto cavointerradicular :
Es el que comunica la cámara pulpar con el periodonto, en la bifurcación de los molares.
Delta apical :
Lo constituyen las múltiples terminaciones de los distintos conductos que alcanzan el foramen apical múltiple, formando un delta de ramas terminales. Este complejo anatómico significa, quizás, el mayor problema histopatológico, terapéutico y pronóstico de la endodoncia actual.

lunes, 21 de noviembre de 2011

CIRUGÍA ENDODÓNTICA

Los microorganismos encontrados en lesiones periapicales (placa microbiana apical) son considerados la causa principal de fracasos de la terapia endodóntica, esto exige un tratamiento complementario para extinguir estos tejidos adyacentes al ápice radicular: la cirugía endodóntica.

Este procedimiento consiste en la resección de los tejidos no incluidos en el conducto radicular con el objeto de conservar un diente con problemas pulpares y/o periapicales. La cirugía endodóntica comprende procedimientos separados como: drenaje quirúrgico, curetaje, apicectomía, obturación retrógrada, hemisección (amputación radicular).

Sin embargo, la cirugía no siempre es necesaria para el éxito de un tratamiento endodóntico que ha fracasado. Si el odontólogo está en la capacidad de establecer que el fracaso es el resultado de una pobre e incompleta preparación del conducto se puede pensar en realizar el tratamiento por medios no quirúrgicos.


DRENAJE QUIRÚRGICO:


Se emplea para eliminar pus, sangre u otros fluidos de una herida. Se insertan los drenajes después de la cirugía no dan lugar a la cicatrización de heridas más rápido a prevenir la infección, pero a veces son necesarias para drenas el líquido del cuerpo que puedan acumularse y en sí mismo convertido en un foco de infección. En determinadas situaciones su uso es inevitable.


APICECTOMÍA:


Es el procedimiento quirúrgico de eliminación de una lesión periapical, conservando el diente causal. Es decir, es la extirpación quirúrgica de la raíz de la pieza dental y de los tejidos próximos que estén infectados. Para llevar a cabo esta operación con éxito se requiere del cumplimiento de una serie de detalles quirúrgicos de interés.




HEMISECCIÓN:
Este procedimiento quirúrgico consiste en la division de la pieza dentaria en dos partes con el fin de conservar una de ellas, se elimina la parte más deteriorada y/o se conservan ambas partes transformándose en dos piezas semejantes. La hemisección o amputación esta indicada cuando aparece infección en una sola de las raíces del diente con tratamiento de endodoncia, mientras las demás se encuentran cicatrizadas. Esto ocurre debido la presencia de una fractura en una de las raíces de un diente multirradicular, o la presencia de una gran caries que afecta tan solo a una raíz.


CURETAJE:




Es el procedimiento quirúrgico que tiene la finalidad de eliminar completamente el tejido patológico que está alrededor del ápice dentario y el raspado del cemento apical. El curetaje se realiza cuando el relleno de un conducto se ha sobrepasado el ápice, imitando los tejidos periapicales. También, se puede realizar debido a que la lesión no se reduce o incluso aumenta o porque persiste la sintomatología.















lunes, 17 de octubre de 2011

ENDODONCIA



Definición
Ver imagen
El tratamiento endodóntico comprende todos aquellos procedimientos dirigidos a mantener la salud de la pulpa dental o de parte de la misma. La pulpa dental es un tejido conjuntivo constituido por células y aferencias nerviosas y vasculares, que ocupa parte de la corona y la raíz o raíces del diente.
La cámara pulpar es la porción de la cavidad pulpar que se encuentra dentro de la corona mientras que la parte que ocupa la raíz se llama conducto radicular. La cavidad pulpar está ocupada por la pulpa dentaria. Este paquete vasculo-nervioso entra y sale por el extremo de la raíz (ápice radicular) por un orificio muy pequeño (foramen apical).
La cámara pulpar es siempre una cavidad única y varía de forma, de acuerdo al contorno externo de la corona. El tamaño de la cavidad pulpar está determinado fundamentalmente por la edad del paciente. Los dientes de los niños tienen las cavidades pulpares más grandes. Con la edad, y las agresiones que sufren los dientes, la cavidad pulpar se va atrofiando.
Los conductos radiculares se extienden desde la cámara pulpar hacia el ápice radicular, y normalmente tienen su diámetro mayor a nivel de la cámara para irse estrechando según se acerca al foramen apical. La forma normal en un adulto es cónica más ancha en la corona y más estrecha en el ápice.
Para realizar tratamientos endodónticos es imprescindible conocer la anatomía tanto de la cámara pulpar como de los conductos radiculares.







Causas de la patología pulpar

La pulpa dental puede inflamarse como consecuencia de diferentes factores, y en última instancia puede llegar a necrosarse o morir. Entre los factores que pueden producir inflamación pulpar destacan los siguientes:
  • Pérdida de tejido dental: la caries es la causa más frecuente de lesión pulpar, pero la abrasión, la erosión, el desgaste de los dientes por el roce de unos con otros y los tratamientos restauradores pueden también provocar inflamación al dejar el diente expuesto a las bacterias y sus productos.
  • Tratamientos restauradores: al cortar la dentina se pueden producir daños al generar calor y provocar deshidratación. La magnitud del daño dependerá del tipo de fresa que se utilice, de la velocidad de rotación, de la vibración y del empleo de un refrigerante eficaz.
  • Materiales de restauración: la toxicidad de los materiales, su acidez, la cantidad de calor que generan al fraguar y su capacidad para producir deshidratación pueden causar lesiones e inflamación pulpares.
Una inflamación pulpar progresiva y cada vez más intensa puede dar lugar a una lesión perirradicular (alrededor de la raíz) inicial como consecuencia de la interacción de las bacterias y sus productos con los mecanismos de defensa del tejido pulpar.
Si la pulpa dental pierde repentinamente su vitalidad debido a un traumatismo impactante, aparecen signos iniciales de traumatismo agudo e interrupción de los vasos sanguíneos apicales, y seguidamente se produce la cicatrización, o una inflamación crónica si las bacterias infectan el espacio pulpar.
El odontólogo explorará al paciente para buscar distintos trastornos como parte de la valoración endodóncica. En muchos casos el paciente busca tratamiento debido al dolor, pero muchas alteraciones únicamente se descubren tras la exploración clínica. Los trastornos más corrientes que se pueden descubrir durante una valoración endodóncica son:
  • Inflamación pulpar.
  • Contusión pulpar
  • Necrosis pulpar (pérdida de vitalidad pulpar).
  • Inflamación alrededor del extremo de la raíz.
  • Reabsorción dental externa o interna.
  • Fractura dental.
  • Problemas yatrógenos (inducidos por el odontólogo).
  • Patología local no dental de los tejidos blandos o tejidos duros.


Métodos diagnósticos en endodoncia

  • Historia clínica del paciente.
  • Anamnesis:  
    • Motivo de consulta y cronología evolutiva del proceso.
    • Sintomatología:  
      • Dolor:  
        • Localización (local o difuso).
        • Origen (espontáneo o provocado).
        • Duración.
        • Carácter (sordo o agudo; irradiación)
      • Mal sabor de boca
Se contrastan los datos subjetivos de la anamnesis con los datos objetivos (signos) obtenidos en la exploración.
  • Exploración física:
    • Inspección: caries, restauraciones, fisuras, cambios de color dentario, tumoración de tejidos blandos, fístulas.
    • Palpación: hay que palpar los tejidos blandos que recubren los ápices de los dientes. El paciente nos indicará si experimenta sensibilidad en algún punto. Se buscarán zonas de hinchazón dura y blanda. Si es blanda se palpará con dos dedos para comprobar si la hinchazón es fluctuante (si se desplaza líquido por debajo de la mucosa oral).
    • Percusión: se puede localizar un diente sensible golpeando suavemente con un dedo vertical y lateralmente, comparando con otro diente.  
  • Pruebas complementarias:
    • Radiografía: tiene una importancia capital. Si se considera la posibilidad de recurrir al tratamiento endodóntico deben valorarse los siguientes aspectos en las radiografías: forma, curvatura y número de raíces; presencia y morfología de los conductos radiculares; tamaño de la cámara pulpar; tipo y tamaño de restauración coronal; presencia de alteraciones alrededor de las raíces; pérdida ósea; reabsorción interna o externa; fractura radicular. A menudo, las radiografías permiten al odontólogo averiguar la causa del problema y las posibilidades de tratamiento.
    • Pruebas térmicas: consisten en la aplicación de calor o frío en un diente. Ninguna de estas pruebas es totalmente fiable y ambas dan falsos positivos y falsos negativos.
    • Pruebas eléctricas: se utiliza sólo para decidir si la pulpa conserva su capacidad de respuesta.
    • Examen de la movilidad del diente.
    • Transiluminación: aplicación de un haz de luz sobre el diente ayuda a establecer la existencia de una fisura o la extensión de una lesión cariosa.
    • Prueba de la mordida: si un paciente siente dolor al masticar pero no presenta signos de inflamación perirradicular podemos sospechar la existencia de una posible fractura. El paciente puede sentir dolor al morder un palito de madera o un disco de goma, generalmente al dejar de apretar los dientes.
    • Tinción dental: aplicación de un colorante sobre el diente de sospecha y tras unos minutos se limpia con un disolvente o alcohol. Permite buscar fisuras.


Fases del tratamiento endodóntico

El tratamiento de elección para la enfermedad periapical es la eliminación de los microorganismos y sus productos del sistema de conductos radicular. Podríamos entender la pulpectomía como el tratamiento que extirpa la totalidad de la pulpa, pero en realidad es un tratamiento mucho más complejo, que persigue la total eliminación del contenido del sistema de conductos radiculares (bien se trate de pulpa o restos necróticos), y además busca conseguir el sellado hermético de dicho sistema, dejándolo aislado del resto del organismo.
Consta de varias fases, que deben llevarse a cabo de forma secuencial. Cada una de ellas tiene unos objetivos específicos que deben ser cumplidos, pero todas tienen uno común: permitir realizar correctamente la fase posterior. Un fallo en cualquiera de ellas provocará el fracaso de la cadena entera. Los pasos son:
  • Anestesia.
  • Aislamiento del diente.
  • Apertura cameral.
  • Conductometría.
  • Instrumentación.
  • Obturación.
  • Control.  
La apertura cameral consiste en realizar una cavidad en el diente exponiendo la totalidad de la cámara pulpar, para proporcionar a los instrumentos un acceso sin obstáculos hasta el final de la raíz.
La conductometría es el conjunto de maniobras necesarias para determinar la longitud del diente que debe ser trabajada, que generalmente suele ser toda excepto los 0'5-1 milímetros finales de la raíz. Existen varias formas de realizarla: manual (con limas manuales), radiográfica y electrónica (mediante unos aparatos llamados localizadores de ápice).
Persigue la limpieza del conducto y la conformación del mismo para facilitar la fase de obturación. Consiste fundamentalmente en eliminar todo el contenido del conducto y dejarlo en condiciones biológicas aceptables para poder ser obturado. En los procesos patológicos pulpares, no sólo se afecta la pulpa, sino también la dentina (tejido que rodea la pulpa), por lo que será también preciso eliminar parte de la pared del conducto. Esto se lleva a cabo con unas limas de acero cónicas (más estrechas en la parte final de la raíz), las cuales se introducen dentro de los conductos radiculares, empezando con limas de diámetro fino, y vamos aumentándolo progresivamente. Con estas limas se puede trabajar a mano, o bien mediante unos aparatos que le confieren velocidad de rotación para hacer el procedimiento más rápido. Mientras tanto se debe irrigar el conducto con líquido irrigador y aspirar para evitar que queden restos empaquetados al final del conducto.
El material de obturación más utilizado hoy día es la gutapercha, en forma de puntas o conos. Una vez finalizada la fase de instrumentación se debe secar el conducto con unas puntas de papel del mismo tamaño que las limas que hemos utilizado, se introducen en el conducto y la dejamos unos segundos hasta que se humedece. Retiramos esa punta e introducimos otra, así hasta que salga totalmente seca. Después seleccionamos la punta de gutapercha que llegue hasta la longitud que hemos trabajado y la introducimos en el conducto (el cual ya tenía forma cónica). Cuando la punta alcanza su nivel haremos una radiografía para comprobarlo.
Una vez terminado el tratamiento endodóncico obturaremos el diente (la corona) con un material de obturación, pero deberemos observar la evolución del tratamiento haciendo controles clínicos y radiográficos. La periodicidad de estos controles variará según el caso de que se trate.